Eres libre,
libre,
libre.
Te libero de mis permisos, hace rato que lo estás.
Acepto que eres libre de mis permisos.
Haz lo que quieras, como ya de hecho lo haces.
Acepto que haces lo que quieres,
acepto que está bien que lo hagas, está bien que lo hagas.
Ahora, te libero de mis juicios,
alejo mis premeditados pensamientos de tus actos,
alejo mis estructuras mentales de tu comportamiento,
retiro mis prejuicios sobre tí.
Te libero de mí y mis fantasmagóricos pensamientos,
quienes escondidos de mi consciencia te asechaban, recopilaban información y generaban conclusiones.
Hombre-libre.
Por fin, eres un hombre libre para mí.
Eres un hombre libre de mí.
Mi primer escrito en primera persona, de regalo para tí: Feliz año libre.
Feliz inicio liberal para mí.